lunes, 23 de enero de 2017

PRESENTASTICO: Dale un nuevo enfoque a tus nervios antes de hablar en público

Muy buena aportación de Carles Caño Valls en su blog PRESENTÁSTICO.

Dale un nuevo enfoque a tus nervios antes de hablar en público


"Estás nervioso o nerviosa porque vas a exponerte delante de varias personas, probablemente que ni conoces. Serás el único centro de atención y eso a nuestro cerebro le inquieta bastante. Cuando un antepasado tenía muchos ojos mirándole, estaba expuesto y sin armas, se encontraba en peligro. Así que lo primero a tener en cuenta es que los nervios son una respuesta de nuestro cerebro para garantizar la supervivencia de nuestra especie. Es decir, son completamente normales. Por tanto, nunca te sientas culpable por sentir nervios antes de hablar en público."

12 consejos para estudiar con eficacia, aprender sin distracciones y organizar tus tareas escolares

Gran aporte de Jeroen Sangers de "El Canasto"

12 consejos para estudiar con eficacia, aprender sin distracciones y organizar tus tareas escolares1


miércoles, 12 de octubre de 2016

Mejora tu toma de notas con estos 3 consejos (EVERNOTE)

Mejora tu toma de notas con estos 3 consejos

Publicado por Greg Wén el 15 Agosto 2016



Como estudiante en una clase, ¿cuántas veces te has encontrado transcribiendo una frase y te has quedado a medias porque el profesor ha pasado a la siguiente diapositiva? Los estudiantes de hoy en día se enfrentan al reto de gestionar una cantidad abrumadora de información, herramientas y distracciones. Aunque sería lógico pensar que el objetivo de un buen estudiante sería capturar todos los hechos, teorías, y datos que le llegan, la clave del éxito de la toma de notas es recordar las cosas importantes, y no recordarlo todo. (Para este último caso, puedes contar con Evernote.)

A continuación mostramos tres consejos que te ayudarán a separar la información importante de la trivial para que puedas sacar el máximo provecho de tus estudios.

1. Identifica las ideas principales
Uno de los inconvenientes de tomar notas es que es una actividad pasiva. Nuestras manos pueden estar escribiendo frenéticamente, pero en un esfuerzo por capturar todo, nuestra mente se centra en la tarea de transcribir más que en comprender lo importante.

Consejo: Escucha activamente a la clase e identifica frases, ideas y puntos clave. Cuando escuches algo que tengas que recordar, anota las palabras clave para que te sirvan como recordatorios. Si había puntos que has considerado especialmente significativos o si el profesor ha dicho algo que no has entendido, anótalos con un “!” (signo de exclamación) para que puedas identificarlos y volver a consultarlos fácilmente más tarde.

El proceso de anotar las ideas principales de forma más abreviada ayuda a tu cerebro a procesar la información que acabas de oír. Puesto que no eres físicamente capaz de escribir cada palabra que has escuchado en la clase, debes volver a dar formato a la información de una forma más concisa y significativa. Cualquier cosa que escribas utilizando esta técnica ya es más eficaz que escuchar y escribir al mismo tiempo, puesto que ya estás pensando en lo que el profesor ha dicho.

2. Técnicas de taquigrafía
Las técnicas de taquigrafía (o estenografía) consisten en símbolos abreviados, letras o trazos. Durante siglos se han utilizado algunas técnicas de taquigrafía para ocultar mensajes importantes de miradas no deseadas. Sin embargo, son también una forma ideal a la hora de capturar la información rápidamente. Hay muchas formas de taquigrafía, y, dependiendo de su grado de similitud con las normas de escritura moderna, puede resultar bastante difíciles de aprender.

En lugar de intentar aprender un método de taquigrafía completo, prueba a adoptar ciertas técnicas a la hora de tomar notas. Probablemente ya estés familiarizado con algunas de ellas, como por ejemplo utilizar “ c/” para querer decir con.

Lleva este concepto un paso más allá y piensa en palabras o patrones que sueles ver o utilizar. Por ejemplo, en inglés y en muchos idiomas latinos y el sufijo-ción se produce con frecuencia, especialmente en los contextos académicos. Palabras como conversión, mutación, y relación se pueden abreviar de forma coherente. Puedes utilizar un “.” (Punto) para abreviar el sufijo.

conversión » convers.
mutación » mutac.

Puedes utilizar técnicas similares con los verbos. Prueba a utilizar un apóstrofe (‘) para denotar un verbo en tiempo pasado.

convirtió/convirtido » convert’
mutó/mutado » mut’

Consejo: Recuerda que el objetivo final de la taquigrafía es capturar la información de forma más rápida. No existe una forma correcta o estándar para hacerlo, así que siéntete libre de experimentar con variaciones que mejor te funcionen. Después de probar varias abreviaturas, algunas personas que toman notas utilizan la é (e aguda) para representar la palabra anterior y è (e grave) para representar la palabra después.

La infección desapareció después de aplicar el tratamiento. »
Infecc. desaparec’ è tratamiento.

Incluso si sólo utilizas una o dos técnicas de taquigrafía, verás que puedes reducir la cantidad de información que tienes que escribir.

3. Ponte límites
A la hora de revisar tus notas, una de las técnicas más útiles es preparar una tarjeta de revisión. Limitar del espacio en el que tienes que escribir tus notas es una forma de filtrar las enormes cantidades de información que debes procesar. Obliga a tu cerebro a ser selectivo y priorizar la información.

Consejo: Si necesitas revisar las notas que has tomado de un capítulo o una clase anterior, prueba a crear tus propias tarjetas de revisión utilizando fichas o Notas de Post-it®. A la hora de rellenar estas tarjetas, no hay necesidad de que escribas las cosas que ya sabes. Tus cartas solamente deben contener conceptos e ideas de tus notas con las que aún no estás familiarizado. Cuando que hayas terminado, todo lo que tengas que estudiar más en profundidad ya estará en tus tarjetas.

Cómo enseñar a estudiar a tus hijos en 10 pasos

Cómo enseñar a estudiar a tus hijos en 10 pasos


A menudo los malos resultados académicos no tienen tanto que ver con la capacidad intelectual del estudiante, como con su escasa concentración o su nulo manejo de las técnicas de estudio.Muchos padres observan con desesperación cómo su hijo puede pasarse horas delante del libro, para luego recibir malas notas en el examen. Este problema, sin embargo, tiene solución. No se trata de estudiar más, sino de estudiar mejor. Te mostramos cómo enseñar a estudiar a tus hijos en diez sencillos pasos.
PREVENIR EL FRACASO ESCOLAR
Cuando un alumno se sienta ante un libro, las técnicas con las que afrontará el estudio son tan importantes como descansar o comer bien. Sin un método adecuado, las horas de estudio resultan poco productivas y pueden conllevar malos resultados que en último término desmotiven al alumno. La desmotivación y la ausencia de unos hábitos de estudio adecuados son algunas de las causas del temido fracaso escolar.
Según datos recabados por la oficina europea de estadística Eurostat, en 2013 el porcentaje de fracaso escolar en España asciende al 24,9 %. Es decir, casi una cuarta parte de los jóvenes de entre 15 y 24 años abandonan los estudios de una forma prematura. Las técnicas de estudio son una herramienta eficaz para luchar contra estas cifras. Estas se sustentan sobre cuatro pilares fundamentales:
  • • La planificación del estudio.
  • • La concentración y los elementos que la favorecen.
  • • La comprensión de los contenidos a estudiar.
  • • Las herramientas o técnicas que se utilizan para procesar o fijar el aprendizaje. 
Con el desarrollo adecuado de estos cuatro pilares, constancia y práctica, verás cómo tus hijos aprovechan mejor sus horas de estudio y obtienen mejores resultados.
ENSÉÑALES A APRENDER EN DIEZ PASOS
Te damos una serie de consejos y requisitos que debes trabajar con tus hijos para que adquieran unos hábitos y métodos de estudio adecuados:
  1. 1. Crea un espacio adecuado al estudio. Es esencial que tu hijo disponga de una mesa con espacio suficiente, donde tenga los materiales necesarios a mano y el entorno sea tranquilo. Debe contra también con una buena iluminación y una silla adecuada. Hay que evitar distracciones como la tele, los videojuegos o la radio.
  2. 2. Facilita su concentración. Evita distracciones a su alrededor, como el móvil, los videojuegos o la televisión. Intenta que distribuya su estudio en periodos de 45 o 50 minutos, durante los cuales debe evitar las interrupciones al máximo. Siempre que puedas, encuentra un estímulo o un gancho para motivarlo.
  3. 3. Enséñale a planificarse. En la Red hay muchas herramientas que puede utilizar para anotar sus deberes y trabajos y planificar sus propios horarios de estudio. Por ejemplo, Google Calendar‎. De los 7 a los 12 años es bueno que dedique a estudio  entre una y dos horas al día entre semana; de los 13 a los 18 deberá aumentar su horario de estudio una hora al día. Deja que él mismo organice sus tareas.
  4. 4. Atención a los apuntes. Tomar apuntes exige una tarea de atención y síntesis que puede facilitar mucho a tu hijo el estudio. Enséñale a anotar las ideas principales que se traten en clase, así como los datos concretos que requieran memorización. Recuérdale que le será más fácil si incluye títulos y apartados o si utiliza sus propias abreviaturas.
  5. 5. Ayúdale a realizar una lectura comprensiva. Por mucho que relea un tema, no le servirá de nada si no lo entiende. Para que la lectura sea efectiva, debe comprender lo que se explica. Esto facilitará su aprendizaje. Si no entiende algún término, puede consultar enciclopedias online como la Gran Enciclopedia planeta o diccionarios como el de la RAE. Acciones como subrayar o autoevaluarse con cuestionarios realizados por él mismo también pueden serle de mucha ayuda.
  6. 6. Enséñale a subrayar. El subrayado puede ser muy útil a la hora de sintetizar ideas. Sin embargo, muchos estudiantes no lo hacen bien. Deben destacar solo las ideas más importantes. Si en un texto está prácticamente todo subrayado, este no servirá de nada. En la página Aprender a estudiar hay varios ejercicios para practicar el subrayado
  7. 7. Descúbrele herramientas como los esquemas o los mapas conceptuales. Son muy útiles a al hora de procesar la materia de estudio y ayudan a su comprensión y posterior memorización, En esta página del Ministerio de Educación te enseñan a realizar esquemas y con herramientas como Creately oMindmeisterpueden realizar mapas conceptuales online.
  8. 8. Anímale a realizar resúmenes. Es importante que sepa sintetizar y ordenar sus ideas, ya que esto le será muy útil a la hora de expresar lo aprendido en un examen. En el portal Educando te enseñan cómo hacer un buen resumen. http://www.educando.edu.do/articulos/estudiante/cmo-hacer-un-buen-resumen/
  9. 9. Ayúdale a ejercitar su memoria. En la web Aprender a estudiar te dan consejos y trucos para que tu hijo saque el mayor partido a su memoria.
  10. 10. Muéstrale cómo preparar un examen. Lo ideal es que pregunte al profesor de qué tipo será el examen y que no estudie a última hora. Si pone en práctica los pasos dados hasta ahora, seguro que le será mucho más fácil. Durante la prueba es esencial que lea las preguntas con tranquilidad y conteste primero a las más fáciles. Si tiene alguna duda, que pregunte al profesor.
Más información:
Equipo Superpadres.com para aulaPlaneta

domingo, 8 de mayo de 2016

El orden y la planificación : "El mejor amigo de los estudiantes"



A continuación me permito adjuntar los conceptos básicos de la correcta organización y del orden, a partir de un texto de Carlos Arroyo publicado en El Pais de su Blog "Ayuda al Estudiante". El mismo se titula "El mejor amigo de los estudiantes". En el mismo resume unas particulares Tablas de la Ley : las bases, el fundamento del orden y la organización optimas.
Veamos ahora una personal (y muy arbitraria) especie de tablas de la ley del buen orden y la buena organización (orientada, eso sí, a la acción, no a la mera contemplación de la armonía):
  • 1. Afronta las cosas cuando surgen, no cuando estallan (David Allen). Y menos aún cuando se pudren, añadiría.
  • 2. La escasez de tiempo no impide la organización: la exige perentoriamente.
  • 3. Todo a la vez es nada por el momento. Ni más ni menos. Así que unas cosas antes que otras, no un espectáculos de saltos de trapecio en trapecio.
  • 4. La tinta más pálida es mejor que la memoria más retentiva (proverbio chino). Muchos lo saben y no tantos lo ponen en práctica (minuto a minuto).
  • 5. La mente es para pensar, no para clavar chinchetas con recordatorios. Lo normal es acabar pensando en las chinchetas (ni siquiera en los recordatorios): es decir, "Sé que tenía que acordarme de algo relacionado con el examen del lunes, pero ¿qué era, qué era...?".
  • 6Anótalo y deja de pensar en ello (hasta que lo hagas). No lo anotes y te verás en esta disyuntiva: darle vueltas a la noria u olvidar. Pero anota las tareas y los compromisos de inmediato y definiendo bien la acción (con verbos y lo más concretamente posible, no de forma difusa).
  • 7. Mejor hacerlo antes que después, porque los imprevistos tienen la fea costumbre de llegar de forma imprevista. Así que puedes meter directamente en tu ecuación el término 2x (o incluso 3x), en el que x significa “imprevistos”.
  • 8. “Piensa antes de hacer, pero no te pases tanto tiempo pensando que no llegues a empezar” (Benjamin Disraeli).
  • 9. Si vas a tardar solo un par de minutos, hazlo ya y sin planificarlo, porque tardarías lo mismo en lo uno que en lo otro (David Allen).
  • 10. Empezar algo ya es media acción, y la acción tiene un increíble y casi mágico efecto autoorganizador [dedicaré un post futuro al efecto milagroso de empezar a hacer las cosas para acabar de hacerlas"].
  • 11. Quítate cosas de en medio y sabrás bien lo que es disfrutar.
  • 12. Es más productiva la decisión de avanzar que la prisa por acabar. La primera rinde frutos; la segunda produce errores.
  • 13. Ordenar es reordenar (frecuentemente): en el orden, como en el amor, nada es eterno (porque todo es entrópico).
  • 14. El primerísimo paso del orden es un buena bandeja de entrada o Inbox (David Allen): un sistema centralizado de recogida de asuntos y compromisos (no valen los bolsillos de tres pantalones, dos mochilas, tres cajones, medio escritorio, la mesita de noche y el fondo del armario). Es decir, la bandeja de entrada no puede ser un universo en expansión, sino todo lo contrario: un embudo absoluto. Traducido al lenguaje escolar, una bandeja en el escritorio y una subcarpeta (de un color único, no compartido) en la mochila, ambas exclusivas para recibir nuevos asuntos.
  • 15. La papelera es una de las mejores aliadas del orden (también de la creatividad, ya que el ensayo y error es uno de sus fundamentos).
  • 16. No hay un buen día a día sin una buena revisión semanal de la agenda (David Allen).
  • 17. Hay cosas peores que organizarse mal o incluso muy mal: no organizarse en absoluto. Lo que está mal se mejora. Lo inexistente, no.
  • 18. La acumulación de urgencias no se llama urgencia acumulada: su nombre suele ser desorganización.
  • 19. “Siempre lo he hecho así y me va bien, a estas alturas no lo voy a cambiar” es un argumento insignificante, porque todos deberíamos pensar que es imposible que no sea posible mejorar. Decía Séneca: "¿Hay algo mas necio que no aprender por no haber aprendido antes? El estudio es una escuela que admite a los hombres de cualquier edad. Mientras uno es ignorante, siempre es tiempo de aprender".
  • 20. Quien organiza descansa (sin perjuicio de que algunos lo hagan también rebozados en el caos).
Pero antes, una pregunta muy maliciosa: ¿Es posible que nuestros hijos lleguen a ser ordenados si en casa le enseñamos, con el ejemplo, todo lo contrario? Y otra: ¿Es posible que lleguen a ser ordenados si en casa todo se lo ordenamos nosotros?
Sobra la respuesta.




Técnicas fundamentales: La agenda, el bloc, la 'inbox'




Me permito adjuntar  el contenido del Blog de  Carlos Arroyo publicado en su "Ayuda para Estudiante" de El Pais el | 28 de octubre de 2013, ya que su contenido es completamente imprescindible.

La agenda, el bloc, la 'inbox' y otras técnicas buenas, bonitas y baratas

Estudiar o pensar (de verdad) requieren una concentración y un gasto de energía que no es muy compatible con la gestión de asuntos. O estudias profundamente o piensas superficialmente en lo que tienes que hacer mañana a las seis de la tarde. O piensas creativamente o repasas mecánicamente la lista de la compra. Pero las dos cosas a la vez (y bien), me temo que no. Por eso necesitamos agenda, bloc de notas, bandeja de entrada (inbox), horario de estudio, programación personal de estudio, archivo temporal y almacén.
¡Por Dios! ¿Tantas cosas?
Que no panda el cúnico, que decía una amiga. No es tanto. O es tanto, pero no tan difícil. Y, además, no nos metamos con estos artefactos, porque esos son grandes aliados para dejar que la mente se dedique a sus verdaderos asuntos, los que merecen la pena, como decía en el post anterior, El mejor amigo de los estudiantesEn él hacía un elogio del orden (en el ámbito personal, individual; no pretendía hablar contra las dinámicas colectivas abiertas), daba un palmetazo al caos (personal) y plasmaba en 20 pautas algunas recomendaciones filosóficas generales para introducirse en el reconfortante cosmos del orden.
Neurólogos y demás científicos cognitivos están dejando bastante claro en los últimos años que el del cerebro humano es un enigma tan fascinante como el del instante anterior al Big Bang, si no lo es más. Lo que sabemos acerca de él y de sus aledaños lo hemos aprendido mayoritariamente hace cinco minutos, o sea, en los últimos años: estamos viendo crecer por momentos una ciencia que en tiempos del gran Ramón y Cajal aún estaba en mantillas.
Por eso me extraña el escaso interés general que las neurociencias cognitivas suscitan en el entorno educativo. Creo que es un error de fondo que pagaremos si no media una buena rectificación (lo que no es esperable). El entorno docente es tan hostil a lo que viene de fuera del aula que no me extrañaría oír hablar dentro de poco de neurobobos, como algunos hablan hoy de pedabobos (no quisiera dar ideas).
Pero dejemos los rolex y volvamos a las setas. Lo cierto es que los neurocientíficos han comprobado que nuestro cerebro no tiene suficiente memoria operativa (working memory) para ese circo mental de varias pistas de la multigestión, el estudio y el pensamiento creativo, si es que queremos lucirnos en una de ellas.
En términos de eficiencia mental funcionamos como si nos ciñéramos a la fórmula de la presión (P=F/S). Incrementa el denominador, la superficie de temas que tienes en la mente, y habrás disminuido la presión o eficiencia mental, porque lo que es la fuerza bruta de tu memoria operativa no la podrás incrementar mucho. Dicho de otro metafórico modo, o concentras en lo que estudias el foco de lalinterna atencional, o no lo verás bien. Los neurólogos hablan también de atención ejecutiva, una de las diversas modalidades de la atención, como dice el catedrático Francisco Mora (Universidad Complutense y Universidad de Iowa, EEUU) en su interesantísimo libro Neuroeducación: Solo se puede aprender aquello que se ama(Alianza), absolutamente recomendable (e ilusionante) para cualquier docente.
Neuroeducación, de Francisco Mora
Pues bien, si necesitamos liberar la mente de ataduras como “que no se me olvide esto, ¿dónde tendré eso otro? o tengo que hacer lo de más allá”, ¿cuáles son nuestros mejores instrumentos? Obviamente hay muchos, incluidos en versión electrónica (algunas de las cuales me gustan, como Evernote, Read Later o las propias agendas de los ordenadores, tablets y móviles). Pero creo que es más realista pensar en un enfoque analógico, que es el que hoy usan mayoritariamente nuestros jóvenes en materia de organización (excluyendo quizá un uso parcial de la agenda del móvil). Veamos la herramientas y algunas recomendaciones, en un lenguaje dirigido a los jóvenes:






Agenda
1. Durante la época escolar preuniversitaria, mejor en papel que digital (suele estar prohibida en el aula, para evitar la invasión de móviles).
2. Una sola agenda. Tener dos (una de estudios y otra personal) es una complicación inncesaria. Ambas facetas se influyen, así que no deben gestionarse por separado.
3. La agenda se reserva solo para lo que impacta en tu calendario: tareas, exámenes, compromisos o anotaciones para recordar fechas. No es un cuaderno más ni un diario personal.
4. Además del horario de clases, debe incluir el de actividades extraescolares y, obviamente, todos los compromisos personales y recordatorios necesarios.
5. En clase, tenla siempre a mano, lógicamente para anotar y centralizar en ella tareas y fechas (y no anotarlo en cualquier papel).
6. En casa, tenla siempre a mano, fundamentalmente para consultar, ya que de ahí se desprenderán en parte tus tareas diarias. La agenda hay que consultarla frecuentemente, no está de adorno.
7. Importantísimo: hay dos tipos de fechas. La más importante, la de entrega: cuándo hay que entregar la tarea o cuándo es el examen. La otra es una especie de fecha interna: cuándo prevés que vas a trabajar en ello. Manejar las dos fechas obliga a gestionar la agenda mirando no solo lo de hoy, sino también los próximos días, para evitar que algo te pille desprevenido. Hay una tercera fecha, pero generalmente no tiene interés: la del encargo (en realidad, da igual que te encarguen algo hoy o mañana: lo importante es cuándo debes tenerlo hecho). Curiosamente, hay muchos chicos que solo manejan justo esta fecha, la de menor interés.
8. Gestionar la agenda no siempre es fácil (incluso para algunos adultos), lo que sí es seguro es que será imprescindible. Por lo tanto, es bueno pedir consejo si tienes dudas.
Bloc de notas
Bloc de notas. Del blog Los Viajes del Cangrejo1. Es el bloc de ahora no. Con esta rebautizada denominación se entiende a qué me refiero con un bloc de notas (o un taco de hojas sueltas, como prefieras). ¿Para qué sirve? Para dos cosas esenciales. La primera, expulsar de la mente cualquier asunto que interfiera en lo que estás haciendo (técnica de la supresión: algo que no es fácil hacer por pura voluntad, sin ayuda del papel). La segunda, no olvidar ideas ni compromisos ni asuntos varios, sin necesidad degastar memoria en ellos. Lo que aterriza en una hoja de tu bloc de notas deja de sobrevolar tu cabeza. Y, a la inversa, lo que no anotas, seguirá jugueteando con tu mente y descentrándola de su verdadero trabajo. Además, en estos casos, el contador del cansancio seguirá funcionando; los resultados, no.
2. La filosofía de uso es simple: anota todo lo que asome por cualquier esquina de tu cerebro si no vas a poder dedicarte en ese instante. No te cortes, ya tendrás tiempo de tirar lo que luego veas que no tiene mayor interés. Pero a la hora de anotar no debes ser nada selectivo. Y no olvides algo básico: cualquier nota de este tipo es provisional, una simple ayuda de memoria, aunque sea de un tema importantísimo.
3. Se anota un solo asunto o idea por hoja, e inmediatamente va a la bandeja de entrada o inbox. Luego ya veremos qué es lo que hacemos. Eso sí, el papelito no puede quedarse flotando por el escritorio o instalarse en el bolsillo del pantalón durante cinco días: ¡a la bandeja de entrada! Insisto en algo que muchos incumplen: uno solo asunto por hojita (si no, luego no podrías gestionarlo uno a uno).
4. ¿Qué tipo de bloc o de hojas? Cada uno tiene sus gustos. Contaré el mío: me gusta el tamaño A-6 (cuarta parte de un folio, el sistema más barato) y también los tacos de papel reciclados de Muji, que son ligeramente menores. Con todos los respetos, no me gustan los post-it, por tres razones: son caros, generalmente muy pequeños (para escribir y para manejarlos) y el adhesivo es toda una tentación para dejarlo en la pantalla o en cualquier otro sitio de decoración permanente (tremendo error).
Invasión de post-it (Getty. Robert Nicholas)


















Bandeja de Entrada (Inbox)
1. ¿Qué es? ¡Premio: una bandeja! David Allen [ampliamente citado en este post] hace un justificado hincapié en la trascendencia de tener algo tan simple como una bandeja de entrada. Solo una, pero en cada uno  de los sitios en los quetrabajemos. Para un estudiante, esto quiere decir una en el escritorio, otra en su mochila (clase) y quizá otra en un bolsillo, pero siempre en el mismo y con el hábito de sacar los papelitos en cuanto se llega a casa. Dejo aparte la lógica bandeja de entrada del mail (o incluso de ficheros Word o Excel).
2. La más importante, y a la que deben ir a parar cada día todas las demás, es la del escritorio. Las bandejas las venden en todas las papelerías, así que no hay por qué dar pistas. Yo la elijo grandecita, que quepa supere generosamente el tamaño A-4 y pueda acoger una buena pila de papeles. También me gustan las de Muji, pero eso es una cuestión personal.
3. La bandeja debe recoger absolutamente todo lo que te llega: una nota con una idea para un próximo trabajo, el teléfono de un amigo al que vas a ver el sábado, una revista que acabas de comprar, un folleto que te interesa, un recordatorio para sacar un billete o las fotocopias de unos apuntes que quieres contrastar con los tuyos. Cualquier cosa debe pasar por esa especie de recibidor de tu casa personal: tu inbox.
4. Mi consejo es que tu bandeja de entrada en la mochila sea una carpetilla de cartulina (me gusta que sea de un color llamativo y, si te apetece, la decoras dibujándole una bandejita o algo así, pero que te llame la atención). Ahí va todo lo que te llega cuando estás en el instituto o el colegio. Naturalmente, salvo lo que va directamente a la agenda, porque ya tiene una fecha concreta impuesta desde fuera.
5. Al final de cada jornada, o algo antes, sacas cada elemento que haya llegado a la bandeja de entrada y decides qué hacer con él o dónde colocarlo para trabajar en su momento con él. O directamente lo ejecutas (por ejemplo, si es llamar a un colega para preguntarle algo). La norma es que si vas a tardar un par de minutos, no te pares a pensar qué hacer: hazlo (tardarás lo mismo que en pensarlo).
Archivo Temporal y Almacén Permanente
Allen propone un sistema de archivos que me parece muy complicado para los jóvenes estudiantes, así que lo simplificaré de forma extrema y le cambiaré los nombres:
1. El Archivo Temporal es un espacio de archivadores o un cajón (o algo similar) utilizado para colocar todos aquellos documentos que sabes que vas a necesitar, aunque quizá no inmediatamente. Es una especie de depósito con fecha de caducidad. Por ejemplo: para una síntesis sobre un tema que tendrás que preparar para tu próximo examen de Biología, dentro de mes y medio.
2. El Almacén Permanente es otro espacio similar al Archivo Temporal, pero utilizado solo para aquello que te parece interesante, aunque no sabes si realmente algún día lo necesitarás. Por ejemplo, una revista con unas ilustraciones muy buenas sobre los fractales. La diferencia es solo que el Almacén Permanente reúne cosas interesantes, pero sin fecha prevista, mientras que el Archivo Temporal tiene documentos que más pronto que tarde utilizarás.
3. Ambos espacios deben ser claramente distinguibles y, cuando introduzcas en ellos un conjunto de folios sobre un tema, mejor que sea dentro de una carpetilla con un título. Recomiendo vivamente que sea con una etiqueta hecha con un post-it blanco de rollo, que es fácil de quitar para reutilizar la carpeta (lo que te gastas en el rollo te lo ahorras en carpetas reutilizadas).
Horario de Estudio
Es la organización horaria (días, sesiones, horas fijadas, unidades, pausas) de tu trabajo en casa. Es la parrilla vacía, el marco general del día e indica las horas, pero no el contenido concreto de lo que vas a hacer cada hora. Lo haces tú y lo vas retocando cada fin de semana para ajustarte a la semana entrante y sus novedades (si las hay).
En el post Cuantas más horas practico más suerte tengo puedes ver ampliamente desarrollado este tema.
Programación Personal de Estudio
Es la plasmación de las tareas concretas y priorizadas en el horario de cada día. Es el contenido una vez metido dentro del marco general, que es tu horario de estudio. El horario dice cuándo (de qué hora a qué hora y con qué estructura de pausas), mientras que la Programación Personal de Estudio dice qué (pero dentro del cuándo, que es el horario). Es decir, es el documento que aglutina el horario de tus sesiones de estudio y tus tareas priorizadas a realizar en ese horario. Este asunto, que es fundamental y tiene su cosita, lo desarrollaré en un próximo post.
Me gustaría acabar este post sobre la organización del trabajo, como hice en el anterior, con una pregunta:
¿Habéis conocido a algún estudiante que se organice mucho y bien y aprenda poco y mal?
Sé que algunos son buenos y se organizan regular, pero creo que estaréis de acuerdo en que la pregunta tiene una clara respuesta:
Uno o ninguno.

Como complemento a este fantástico post, os adjunto un esquema del diagrama de flujo del Metodo GTD aplicado a estudiantes.